viernes, 27 de enero de 2012

Capítulo 8. Lo siento pero tengo que decirte que te quiero.


-    ¿Helena?- Dijo, con ganas de mi respuesta.-
-    Claro que sí tonto- Al momento me miro y una sonrisa se marco en su rostro. Una sonrisa que consiguió cambiarme. Estaba segura: En ese momento era la chica mas feliz del mundo.


Nos miramos. Valla ojazos. En definitiva, era contraria a el; yo tenía el pelo completamente liso, castaño, con ligeras mechas rubias, y ojos marrones, según decían mis tíos, era igual que mi madre. Y Pablo... Pues Pablo era Pablo, aquel muchacho con el pelo rizado, y moreno claro delgado y de ojos verdes. Aquellos ojos, que me estaban mirando ahora. Aquellos ojos que siempre había deseado, y que para mi asombro, me acababan de pedir salir. Aquellos ojos, que aparecían en mis sueños desde hace ya cuatro años. Aquellos ojos. Aquel chico.
- Helena, que te quiero-Me dijo.Me limité a sonrojarme, demasiadas nuevas experiencias en tan poco tiempo.  Entre ellas, incluidas, mi primer beso.
- Pues la verdad, yo tengo mi duda de querer a alguien que pasaba de mí desde hace ya cosa de unos añitos...- Le respondí, con una mirada divertida, mientras esperaba una futura contestación.
- Helena... Deja el tema gordi, ya te lo he explicado... Quiero que sepas, que en este instante eres mi vida ¿Qué narices? No, mejor, lo eres todo. -Dijo.- Y que, ten claro que no te voy a dejar escapar.
- Pablo te quiero muchísimo- Esta vez fui yo la que me acerqué a él. Que guapo era. A demás de simpático. Era mío. Le comí con la mirada. Me acerqué y le besé apasionadamente. En ese momento me acordé de Alicia. Si nos viese, seguro que me mataba. Yo, liándome y completamente enamorada de su hermanastro. No podía ser. No se lo creería. Aunque la verdad, yo tampoco me lo creo.
Los de 1º de la ESO, nos miraban. No se veían estas escenas todos los días. Entonces fue cuando caí. ¿Qué hora sería? Miré el reloj. ¡Las doce y media! ¡Joder, las clases de moto, y yo aun aquí!
- Cariño, ¡me tengo que ir!- Le dije mientras cogí corriendo la mochila y le daba un beso en la mejilla.-Hasta mañana.-
-¿Te vas tan pronto? Bueno, ¿Mañana te veo después de las clases?- Aun no cabía en la emoción. Mi vida, era perfecta.
- Pues la verdad, no creo, es el cumple de mi primo...-Dije, con un tono bastante desilusionado.
- ¿De Jaime? Ese chaval es el amo. No veas que miradas me lanza...- Risas por las dos partes. La verdad, esque mi primo no decía ni una palabra, pero te lo transmitía todo con sus miradas. Y cuando no lo conseguía, todo lo solucionaba con la carita que tenía. Era rubio y con los ojos azules, igual que mi tío. Era una monada, y mañana cumplía ya tres añetes.
- Si, pero ¡porque no le has visto cuando se enfada!- Más risas- Aun así, le quiero como a mi hermano. Bueno, no me entretengas mas que me voy cariño..- Otro beso, pero esta vez no fue en la mejilla.
-Vale Helens, esta noche te llamo.-
Y definitivamente cogí la mochila, y me fuí a casa, a por mi moto, para poder empezar de una vez por todas, mis clases. Pero no sabía que, en aquella academia, dentro de tan solo unas horas, algo me haría dudar.

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