domingo, 22 de abril de 2012

Capítulo 15. Lo siento pero tengo que decirte que te quiero.

Nos dejamos encaminar por aquel chico. De esta forma, me dió tiempo a fijarme más en él. Era muy guapo. Tenía el pelo rubio con alguna que otra mecha morena, y las puntas un poco rizadas. Unos ojos enormes castaños, y, la constitución de su cuerpo no dejaba nada que desear. Seguro que tendría muchas admiradoras por ahí. ¿Qué edad tendría? Cosa de diecisiete, supongo. De repente, me vino a la mente, aquella primera conversación que tuve con él, y que me sacó definitivamente de mis casillas:


- Hola, soy Helena, encantada- Le dije. No podía creer que eso fuera amor a primera vista. ¿Y si no, por qué me impactaba tanto?- Una preguntita, ¿Tu acaso quieres algo conmigo? Es que no paras de mirarme...- Lo solté. De pronto vi como una risita burlona salía de su boca.

- ¿Contigo? Haber guapa, ¡que estás hablando con el chico más guapo de toda la ciudad! Venga hombre, si eres una canija!- Me sonrió y se fue, dandome la espalda hacia la salida.

- ¡Oye!- Grité, pero ya era demasiado tarde, había desaparecido del lugar.

Dejé de indagar en mis recuerdos. y miré a Marta. Estaba de lo más contenta. Pasaron cinco minutos, y mientras Hugo y ella, intercambiaban alguna que otra palabra, yo tenía la mirada perdida al frente. Al momento empezé a intuir a donde nos llevaba. Ahí estabamos, en un sitio al que no había ido nunca, pero que en el fondo me resultaba tan familiar.

- Hasta que tengamos el carnet de moto... Nos conformamos con un caballo, ¿no bonita?- Estabamos en un establo, era muy bonito y tenía al rededor de 10 caballos. Poseía una entrada hacia el campo, donde había frondosos arboles y abudante vegetación. Definitivamente, me gustaba- He aquí, mi mayor pasión chicas. ¡Hey! Hola Julio, ¿como andas?- Le dijó, a un hombre que limpiaba a los caballos con mucho cariño.

-¡Hugo! ¡Hace ya tres días que no se te ve el pelo muchacho!- Se inclinó, y nos vió a mi amiga y a mí.- Por lo visto, hoy traes visita ¿No? Muy bien chico, sí, a sí me gusta.- Volvió a mirar al caballo y continuó frontandole la sien con el jabón.- Por cierto, Martín te hecha de menos.

- Lo más seguro, hace unos días que no le veo- Este, nos soltó la mano y se dirigió a la cuadra, hasta llegar al sitio indicado, abrió una puertecita, sacó a un precioso caballo negro y le dijo algo en el oido.- Bueno Martín, ves a estas chicas tan guapas que he traido? Pues van a montar con nosotros.

-¿QUÉ? ¡NO!- Gritamos Marta y yo a la vez. - ¡Yo tengo asma! Ami ni me mires bicho peludo- Dijo mi amiga con una sonrisa.- Y yo... ¡Pues no quiero, que miedo!- Acabé de rematar yo.

- Bueno... Pues si no queréis montar a caballo, hay mas opciones, no os preocupeis,que de aquí no vais a salir limpitas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario