Marta
y yo, entramos a clase, de repente, veinte mil voces diciendo: “Felicidades
Helena” Se abalanzan hacia mí. Y al segundo, ya tengo a Julia, Laura y Alicia
entre mis brazos.
-
¡Tía!
¡Felicidades! Las cuatro tenemos un regalo para ti… Y como no te guste te
jodes. –Dijo Julia, ironizando, mientras miraba el culo de un chico de primero
de bachillerato.-
-
¿¡Cómo
no le va a gustar Julia!? ¡Si lo he elegido yo…!- Exclamó Laura, con cara
enfado.
-
Por
eso mismo- No pudimos evitar empezar a reírnos, todas, menos Laura.
-
Sí
sí, reíros lo que queráis, pero luego no me pidáis que os explique algo ni de
mates ni de sociales ni de ingles, ni de nada.-Dijo Laura.
-
Tía,
ya sabes como es Julia… Siempre tan graciosa. Tu, ni puto caso.-Dijo Alicia
mientras la daba un beso.
-
Sois
tontas.-Dije entre risas- Anda, vamos a sentarnos ya, que el de mates, se va a
enfadar. Y gracias chicas, luego en el recreo os cuento una cosa.
-
Eso,
que el pibe este, nos hecha de clase a todas. Oye chicas lo último, que no
entiendo nada de mates, mañana tenemos que quedar, que esto es un puto lío y ¡asi nos los explicas Laura! Tía que eres la única
intelignte de aquí, te necesitamos.-Dijo Alicia, algo preocupada.-
-
Bueno
venga…- Soltó Laura.- Pero solo me ha convencido lo último que has dicho que
conste Ali. Que estoy enfadada con la torrija de Julia.
-
¡No
te enfades cariñín! Oye, que en el fondo te quiero. –Dijo Julia, con voz
tierna, mirando a Laura.-
-
Bueno
yo también… Pero muy en el fondo..-Nos reímos todas. Siempre estamos así, es
parte de nuestro día a día, pero me gusta.
-
¡Helens!
¿Qué pasó ayer con el asqueroso de Pablo?- Pronunció Alicia muy rápidamente.-
Luego te contamos nuestro regalito…-Soltaron todas menos yo, una risita.
-
Os
cuento en el recreo… Todo. Tía odio a tu hermano.-Dije, con cara de cabreo.
-
¡Hermanastro!-Exclamó
Alicia- No es mi hermano, es un imbecil, que vive en mi casa, porque es el hijo
del novio de mi madre.
-
Pues
eso, hermanastro… Casi hermano, ¡convives con él!-Dije.
-
Ya
tía.. Pero arrg, si te contara… Jajaja.-Respodió.-
De
pronto alguien grito: “¡Chicos, todos a vuestros sitios! Ya son las nueve y
media, ¿no lo ven en el reloj? Pues mirenlo!”
Todas
nos sentamos, interrumpiendo nuestras charlas, y risas antes de clase, y esperamos a que terminaran de entrar todos
en clase. Cuando estaban pasando todos, por la puerta, no pude evitar fijarme en Pablo. Joder, tengo que olvidarme de él. Instintivamente, le empezé a observar, y cuando
se percató de que le estaba mirando, me guiñó un ojo. Me quede un poco flipando. Pero decidí no darle mas vueltas al tema.Poco después, se sentó
en su pupitre, comenzó la clase e intente atender. Se me hizo imposible. Era urgente una clase con Laura y las chicas ya. Al momento, Marta se giró, y me dijo:
-
Tía,
una notita de parte de Pablo. En el recreo nos cuentas todo.- Comentó, en
bajito, mientras se daba la vuelta, y le levantaba el pulgar a Pablo.
Me
moría de vergüenza, de tensión, y de nervios. No me lo podía creer. Y yo que
había pensado en olvidarle ya, pero para siempre… No me quedaba opción, la
miro con cara de duda, y la abro.
Jajajaja, capítulo 5;)
ResponderEliminar