domingo, 29 de enero de 2012
Capítulo 10. Lo siento pero tengo que decirte que te quiero.
- ¿Que te dijo, qué?- Dijo Marta, muerta de la intriga.
- Lo que oís. Yo lo estoy fliapndo aún. Y lo peor esque, me lo dijo tan tranquilamente, el cretino ese de Hugo.- Respondí. Estaban todas llenas de curiosidad, Marta Laura Julia y Alicia. En espera de mis cometarios.
- Tía, pero si está bueno... ¡todo soluiconado!- Dijo Julia. Risas. De todas menos mías. Valla chica, siempre pensando en lo mismo.¿Quién se creía el Hugo ese para decirme eso? Bueno, la verdad, tampoco me había dicho tanto, pero ¡Sí que me había jodido el chico ese!
¡Valla cometarios que le hace a una chica! Seguro que no iba a ligar en su vida. Cretino. Después al menos, pude conocer a Vanessa. Era la morena que se sentaba a mi lado en la clase de moto. Hablamos de todo un poco. Era muy simpática, me cayó bastante bien. Tenía ganas
ya de que fuese sábado para verla. Sí, habíamos quedado. Yo creo que la amistad que tenía con esa chica iba a dar sus frutos, conjeniabamos muy bien.
- Bueno chicas, a lo que vamos. Ecuaciones de segundo grado. Oye ¿De verdad me estáis diciendo que no entendeis esto?- Comentó Laura con una sonrisita burlona. Laura, formaba parte de mis cuatro mejores amigas. Era imparable, a demás de una empollona, aunque ella nos lo niege. Pelirroja, con el pelo rizado,
y unas gafas, que le daban alegría a su cara. Cuando se ponía de mal humor, no había quien la parase, pero cuando estaba bien era un cielo.
- ¡No! ¿Estas loca? Es súper chungo!- Aclaró Alicia. La del pelo corto moreno, que era mas dulce que el pan. Aún me quedaba por decirlas una cosa bastante importante. Pero no sabía si hacerlo.
- Chicas, hay algo que no os he contado...- Les dije.
- ¡Dime!- Dijeron todas a coro. me hacía una gracia cuando pasaban cosas de estas.
- Pues que.... Estoy saliendo con Pablo.- La petrificación de las chicas no cabía en sí. La primera en hablar fue Alicia. Lo sabía.
- ¿Pepepepepero tu eres tonta? QUE DICES! JODER TÍA, ERES SUBNORMAL.- Lo sabía. Ya no tenía la aprobación de Alicia.
- Helena ¡Qué te estará poniendo los cuernos seguro!- Grito Julia, eufórica. -¡Ese chico no es de fiar!- Cuando Julia dijo eso, me quedé un poco en blanco, yaque sabía de lo que hablaba. Julia era la mas putona, de todo el insti, pero a nostras nos gustaba así, y a demás, si ella se
divertía haciendolo, por nostras genial. Laura y Marta, no sabían que decir, apoyaban a Julia y a Alicia.
- Lo siento chicas, pero ya está decidido, le quiero, y me quiere, a pesar de lo que me digáis. Y encima, ¡me ha pedido salir él! ¿A que es un cielo?- Respondí. No entendía porque mis amigas no me apoyaban con esto. Las quería mucho, y no me gustaba verlas así- ¿Bueno, nos ponemos con mates?-
Las pregunté. Estuvimos estudiando, hablando de lo idiota que era Hugo ( Eso fui solo yo) y comentando mi nuevo fichaje (No exactamente para bien..) Hasta las nueve, después me marché a casa, y cené con mi familia. Mis tíos seguían igual de extraños, pero seguían sin decirme nada. No
lo entendía. Por lo que cuando acabé me fui a la cama. Pensativa. No pude dormir mucho esa noche, pensando en muchas cosas: Pablo, Hugo, el cumpleaños de Jaime, la moto... Hasta que lo conseguí, pero no sabía, que esa noche, alguien se había dormido pensando en mí. Y no era exactamente Pablo.
Capítulo 9. Lo siento pero tengo que decirte que te quiero.
Llegaba tarde. Cuando he llegado a mi casa, mi tío me estaba esperando, para meter la moto en el coche e irnos hacia la academia. No sabía porque, pero notaba que algo entre mis tíos, no marchaba bien. Cuando estuvimos ya
en el coche, me armé de valor para hablar a mi tío y preguntarle:
- Tío Kiko, ¿Pasa algo?
- Pues no. Bueno, sí. O no. Buff, mira deja el temita ahora Helena.- Me respondió., con voz seca. No dudé en empezar a preguntarme que pasaría, aunque antes o después, lo acabaría sabiendo.
Fuimos lo que quedaba de camino, completamente callados. No quería liarla más. A la media hora de viaje, mi tío me dijo, que habíamos llegado. Era un edificio grande, y por detrás, había unas pistas para poder practicar con el vehículo. Que nervios.
Saqué del maletero la moto, le di un besito en la mejilla a mi tío, y me dispuse a entrar. Por mi primera impresión, pensé que no era el lugar mas adecuado para mí. Estaba lleno de posters de motoristas famosos, que se habían sacado el carnet ahí. Al momento vi recepción.
- Perdone, vengo a unas clases de moto para sacarme el carnet- Al segundo, vi el cartelito con su nombre que colgaba de su camiseta. - ¿Me podría decir donde son, Rosana?
- Ah, si claro.-La vi sorprendida. No todo el mundo la llamaba por su nombre, cuando estaba trabajando. Le gustó.- Pues mire, ¿ve aquella puerta verde de ahí? -Asentí- Pues detrás, a la derecha, señorita...
- Helena.-Dije-
-Señorita Helena,- Me cayó bien. Parecía simpática, por lo que la dije gracias, y me encaminé.
Fui por donde me dijo, y vi un aula donde ponía: CDM. Supuse que sería allí por lo que, llame a la puerta y entré. Lo primero que pensé, fue que había llegado tarde. Estaba una señora, de unos cuarenta años, de pie, y unas diez sillas con nueve personas sentadas en ellas.
De acuerdo, había llegado tarde. Miré a mis compañeros. Y me fijé en uno, que no me quitaba la vista de encima. Era alto y rubio, con los ojos castaños, y una sonrisa de oreja a oreja que himnotizaba. La verdad esque, estaba buenísimo. También, vi a una chica, que me miraba
perpleja, la verdad, era muy guapa, no me extrañaría nada, que fuese la novia de aquel chico. Decidí relajarme, y decir:
- Hola, perdón por la tardanza. ¿Es aquí, el lugar para sacarse el carnet de moto? - Me fulminé a mi misma. Lo había dicho balbuceando, y parecía tonta.
- Aquí mismo. ¿Usted debe ser la señorita Helena López, no?- Asentí, mientras lo arreglaba con una sonrisa- En ese caso, sientese junto a la chica morena de la segunda fila.
Fui hacia el sitio indicado, me senté y empezé a escuchar la introducción que nos hacía la profesora. La clase pasó volando, y el único problema fue que estaba pensando en todo menos en lo que tenía que pensar, que era lo que la profesora comentaba. Pensé en Pablo,
aquel chico que me había robado el corazón, en las chicas, que hoy a las cinco, habíamos quedado en casa de Laura, y en aquel chico. Aquel chico, que no me paraba de mirarme cuando yo le miraba. Y justo en ese momento me empezé a sentir, rara. No sabía lo que quería,
y tampoco sabía lo que quería yo. Yo quería con toda mi alma, a Pablo. ¿Porque lo digo? Nadie lo ha dudado. O sí, a lo mejor lo he dudado yo. Como lo voy a dudar. Es mi chico. ¿Si tenía a Pablo entre mis brazos, porque justo ahora tenía que aparecer este chico, que lo único
que me hacía era dudar? ¡Pero si no he dudado! O sí... Al final, llegué a una conclusión. Sabía lo que le tenía que hacer y lo que le iba a decir. Caundo acabaron las clases, me planté al lado suyo, y se lo comenté.
viernes, 27 de enero de 2012
Capítulo 8. Lo siento pero tengo que decirte que te quiero.
- ¿Helena?- Dijo, con ganas de mi respuesta.-
- Claro que sí tonto- Al momento me miro y una sonrisa se marco en su rostro. Una sonrisa que consiguió cambiarme. Estaba segura: En ese momento era la chica mas feliz del mundo.
Nos miramos. Valla ojazos. En definitiva, era contraria a el; yo tenía el pelo completamente liso, castaño, con ligeras mechas rubias, y ojos marrones, según decían mis tíos, era igual que mi madre. Y Pablo... Pues Pablo era Pablo, aquel muchacho con el pelo rizado, y moreno claro delgado y de ojos verdes. Aquellos ojos, que me estaban mirando ahora. Aquellos ojos que siempre había deseado, y que para mi asombro, me acababan de pedir salir. Aquellos ojos, que aparecían en mis sueños desde hace ya cuatro años. Aquellos ojos. Aquel chico.
- Helena, que te quiero-Me dijo.Me limité a sonrojarme, demasiadas nuevas experiencias en tan poco tiempo. Entre ellas, incluidas, mi primer beso.
- Pues la verdad, yo tengo mi duda de querer a alguien que pasaba de mí desde hace ya cosa de unos añitos...- Le respondí, con una mirada divertida, mientras esperaba una futura contestación.
- Helena... Deja el tema gordi, ya te lo he explicado... Quiero que sepas, que en este instante eres mi vida ¿Qué narices? No, mejor, lo eres todo. -Dijo.- Y que, ten claro que no te voy a dejar escapar.
- Pablo te quiero muchísimo- Esta vez fui yo la que me acerqué a él. Que guapo era. A demás de simpático. Era mío. Le comí con la mirada. Me acerqué y le besé apasionadamente. En ese momento me acordé de Alicia. Si nos viese, seguro que me mataba. Yo, liándome y completamente enamorada de su hermanastro. No podía ser. No se lo creería. Aunque la verdad, yo tampoco me lo creo.
Los de 1º de la ESO, nos miraban. No se veían estas escenas todos los días. Entonces fue cuando caí. ¿Qué hora sería? Miré el reloj. ¡Las doce y media! ¡Joder, las clases de moto, y yo aun aquí!
- Cariño, ¡me tengo que ir!- Le dije mientras cogí corriendo la mochila y le daba un beso en la mejilla.-Hasta mañana.-
-¿Te vas tan pronto? Bueno, ¿Mañana te veo después de las clases?- Aun no cabía en la emoción. Mi vida, era perfecta.
- Pues la verdad, no creo, es el cumple de mi primo...-Dije, con un tono bastante desilusionado.
- ¿De Jaime? Ese chaval es el amo. No veas que miradas me lanza...- Risas por las dos partes. La verdad, esque mi primo no decía ni una palabra, pero te lo transmitía todo con sus miradas. Y cuando no lo conseguía, todo lo solucionaba con la carita que tenía. Era rubio y con los ojos azules, igual que mi tío. Era una monada, y mañana cumplía ya tres añetes.
- Si, pero ¡porque no le has visto cuando se enfada!- Más risas- Aun así, le quiero como a mi hermano. Bueno, no me entretengas mas que me voy cariño..- Otro beso, pero esta vez no fue en la mejilla.
-Vale Helens, esta noche te llamo.-
Y definitivamente cogí la mochila, y me fuí a casa, a por mi moto, para poder empezar de una vez por todas, mis clases. Pero no sabía que, en aquella academia, dentro de tan solo unas horas, algo me haría dudar.
lunes, 23 de enero de 2012
Capítulo 7. Lo siento pero tengo que decirte que te quiero.
Era increíble. No sabía que decir, por
lo que me limité a responder:
-
Dime.-Mi
corazón latía a mil por hora, en segundos, todo lo que llevaba esperando desde
los once años, aquellos sentimientos, se derrumbarían, o se harían mas fuertes.
-
Pues
mira, Helena. Que me gustas, y que siempre me has gustado. Pero, que esto es
cosa de dos, y, me gustaría saber que opinas.
-
Puu...Pues
Pablo…- Pero antes de acabar la frase, me corto.-
-
Oye
Helena… que no digas nada.
Era
como un sueño, de repente, empecé a ver los ojos verdes de Pablo, acercándose a
mí. Su cara, su pelo castaño, su rostro, cada vez mas cerca. No pude decir
nada, ya que sus labios a penas tocaban los mios, e impulsada por mis deseos,
aunque no era, lo que le agradaba a mi “yo” inteligente, le imité. Nos besamos.
O mejor dicho, me besó, y yo le continué. Sabía que no debía hacerlo ya que era
un putón, que se liaba con todas, las que encontraba, pero, ya, era demasiado
tarde para parar. Fue mágico. No podía parar. Estaba enamorada de él.
Al
momento, se oyó la puerta de la entrada principal. Repentinamente, dejamos de
besarnos. ¿Quién sería?¿Nos habrían visto? Teníamos el corazón en un puño. Al segundo,
pudímos aspirar tranquilos. Eran los de primero, que salían al recreo. Como por
acto involuntario, ví a Pablo con carmín en los labios. No pude evitar reirme.
-
¿Qué
pasa? ¿No estoy guapo? Ah, ya sé… Será que no me queda bien este color…-Dijo.
Se había dado cuenta de que me reía.
-
Que
tonto. Anda trae.- Cogí mi dedo pulgar, y se lo pasé por la boca. Buf. Era
inevitable mirarle, y no sonreir.- Si te sirve de consuelo, a mí me parece que
te queda bien, pega con tus ojos.
-
Y
si te sirve a ti, cada día eres mas guapa.-Me miró, y me dio un beso corto, pausado, que a pesar
de ello, no podía transmitir más.
-
Pablo…
¿Por qué lo haces?- Dije. Estaba nerviosa. Demasiado.
-
Porque
quiero demostrar mi amor hacia ti- Respodió. Seguro de sí mismo.
-
Y
lo demuestras hoy…- Sentí que lo había dicho en plan borde, pero me salió solo.
Lo intenté arreglar lo mejor que pude- Es decir...- Me cortó.
-
Hoy.
Es el día perfecto. Esperaba este día desde hace años-No me lo creí del todo- Y
ahora. Que estas junto a mí, te puedo decir, ¿Helena López, quieres salir
conmigo?
Sabía
la respuesta. La tenía clara. Y había mirado en mis dos “yo” interiores. Asi
que me animé y le respondí:
domingo, 22 de enero de 2012
Capítulo 6. Lo siento pero tengo que decirte que te quiero.
Valla
cumpleaños pasé. No sé porque pero, todo salió perfecto. Con mi familia bien,
con mis amigas igual, y con Pablo genial. ¿Qué más podía pedir? Pues una moto.
Y ahí la tenía, era roja, y reluciente y con una velocidad flipante. O bueno…
Eso es lo que les dijo a mis tíos el pibe de la tienda. Yo aún no la había
probado. Tenía un día bastante movido. Por la mañana, hablar con Pablo. Ni me
imaginaba la vergüenza que me daría, por lo que llegué a una conclusión:
evitarle, ¿Su finalidad? no hablar con él. Al acabar las clases, a empezar las
lecciones de moto. Y nada más acabar, a casa de Laura, a estudiar matemáticas. Y
ahora pues… A vestirme corriendo que he quedado con Marta donde siempre.
Empezamos
a andar rumbo al colegio. Marta y yo hablamos de todo un poco, pero los temas
principales eran tres: Pablo, Iván (Un tipo al que le está empezando a gustar)
y mi moto.
Al
llegar tocó lengua. Habíamo llegado un poco tarde y ya eran y media. Entra la
gente, incluido Pablo, y nada mas verle, me giro. No quiero mirarle. Que corte.
Comienza la clase. Don Leopoldo empieza a explicarnos cosas sobre Cervantes.
Valla coñazo. Diez minutos después, ya está Marta, para entretenerme la hora:
-
Tía
joder. Que pesados estáis. Toma una nota de Pablo.
Me
dispongo a abrirla, cuando oigo un silencio repentino en la clase. Me temo lo
peor. Me giro. Ahí esta don Leopoldo, mirándome, a mí, y al papel que tenía
sobre mis manos.
-
Ahiahiahi…
Señorita López, entregeme ahora mismo ese papel. ¿Quién se lo ha enviado?-Dijo
mi profesor.
-
Nnnnnnno
sé- Balbuceé. Nunca me habían pillado. Y no estaba segura de quién era el
culpable.
-
En
ese caso… ¿Por qué no averiguarlo?-De pronto, me quitó el papel de las manos.
Ya poco podía hacer.- Veamos lo que pone.- Y el profesor, se limitó a leer en
voz alta, aquella nota.- Helena: En el intercambio de clase, pide ir al baño y
esperame en el parque del instituto. Yo aré lo mismo. Y así, podremos hablar
tranquilos. Con cariño. Pablo.
No
podía creerlo. El profesor acababa de leer en voz alta, la nota que me había
mandado Pablo.
Pero lo que no sabía era que lo peor estaba por llegar.
-
Me
parece muy… Tierno por tu parte, señor Martínez. Y ¿Por qué iba yo a impedir
que se viese usted con la señorita Helena? Ahora mismo se van a venir conmigo
los dos, les voy a dejar donde habían quedado y no se van a mover de ahí. Así
podrán hacer lo que tenían que hacer ¿No? Pues vengan ahora mismo.
Estaba
petrificada. No podía creerlo, me limité a, seguir al profesor. Cuando llegamos
nos dijo:
-
Sentaros
aquí, y no os mováis. Adios.
Era
difícil de creer. Estabamos Pablo y yo, sentados en el banco del parque del
insti. Cuando no hubo ni rastro del profesor. Pablo me dijo:
- Helena… Por fín solos. Te tengo que decir
una cosa.
Capítulo 5. Lo siento pero tengo que decirte que te quiero.
Helena:
Era
solo para decirte que muchas felicidades. Que no te pude felicitar está noche,
porque me surgió un improvisto muy urgente.
Ademas
quiero,que sigas igual de especial, y que me gustaría hablar contigo mañana.
Nada
más. Un beso. Y feliz cumpleaños.
Pablo.
No
puedo parar de leerla. Aun no me lo creo.
Cuando se la he enseñado a las chicas en el recreo, se han quedado muy
sorprendidas ellas también. Porque aunque sean mis amigas, creo que saben que
no tengo esperanzas con él. Pablo.Pablo.Pablo.Pablo. Dios mío. Es tan mono. Y
pensar que estube a punto de olvidarle para siempre… Y ¿Qué me querrá decir?
Según Marta, quiere demostrar su amor hacia mí, y la opinión de Julia ha sido que;
lo único que quería era un par de tetas. Alicia me ha comentado que, nunca me
fíe de un tío, y menos, si ese tío era Pablo. Su hermanastro. Laura dice, que
será lo que dios quiera. No sé que pensar. Estoy confusa. Y cuando les he
contado a las chicas todo lo que me dijeron de él, esta noche, sobre porque no
me había felicitado, por sms, lo único que me han podido decir es: Será
gilipoyas. Yo también pensaba eso hace cosa de 5 horas. Pero mi mundo ha
cambiado por completo. La vuelvo a leer. Su caligrafía es perfecta, preciosa. Me
encanta. Estoy enamorada. Voy a ver si está conectado.
-
Helena,
dice la tía mar, que bajes que vamos a tomar la tarta.-Dijo mi hermana,
asomando la cabeza por la puerta.- ¡Yo quiero el “Felicidades” escrito con
chocolate blanco!”.-
-
Ahora
voy Claudia. ¿El tío Kiko ya ha recogido a Jaime de la guardería?-Respondí.
-
Sí,
y se está portando fatal. ¡Se ha comido todas mis galletas!-Dijo Claudia,
enfadada.-No
pude evitar sonreir. A mi primo le encantan las galletas. Recuerdo cuando
nació. Fue solo dos días después de mi cumpleaños, y, mis tíos, me decían, que
era otro regalo de cumpleaños. Dentro de dos días, cumple tres añetes. Y sin
duda lo fue. El mejor de todos.-
-
Ahora
voy pequeña. Dame un beso anda, que luego comes ración extra de tarta y
solucionado.
-
Bueno
vale…-Claudia me dio un beso sabor galleta, salió del cuarto y bajó las
escaleras. Apagué el orde. Luego la leí otra vez más, y la guardé como un
preciado tesoro. Bajé yo también. Al segundo vi a todos alrededor de la gran
tarta hecha por mi tía.
-
¡Cumpleaños
feliz, cumpleaños feliz, te desamos Helena, cumpleaños feliz!-Cantaron todos a
coro, excepto mi primo, claro está, que el se digna en mirar a la tarta con
cara de hambre.
-
Muchísimas
gracias, en serio, tíos, primo, hermana. Mil gracias.
Comimos
la tarta, y mi tía, dijo:
-
Helena,
sal fuera de casa.
-
Am…
Vale.-No sabía porque pero hize caso a mi tia- Y salí. Ahí estaba, Era
preciosa. La moto. Mi moto.
Capítulo 4. Lo siento pero tengo que decirte que te quiero.
Marta
y yo, entramos a clase, de repente, veinte mil voces diciendo: “Felicidades
Helena” Se abalanzan hacia mí. Y al segundo, ya tengo a Julia, Laura y Alicia
entre mis brazos.
-
¡Tía!
¡Felicidades! Las cuatro tenemos un regalo para ti… Y como no te guste te
jodes. –Dijo Julia, ironizando, mientras miraba el culo de un chico de primero
de bachillerato.-
-
¿¡Cómo
no le va a gustar Julia!? ¡Si lo he elegido yo…!- Exclamó Laura, con cara
enfado.
-
Por
eso mismo- No pudimos evitar empezar a reírnos, todas, menos Laura.
-
Sí
sí, reíros lo que queráis, pero luego no me pidáis que os explique algo ni de
mates ni de sociales ni de ingles, ni de nada.-Dijo Laura.
-
Tía,
ya sabes como es Julia… Siempre tan graciosa. Tu, ni puto caso.-Dijo Alicia
mientras la daba un beso.
-
Sois
tontas.-Dije entre risas- Anda, vamos a sentarnos ya, que el de mates, se va a
enfadar. Y gracias chicas, luego en el recreo os cuento una cosa.
-
Eso,
que el pibe este, nos hecha de clase a todas. Oye chicas lo último, que no
entiendo nada de mates, mañana tenemos que quedar, que esto es un puto lío y ¡asi nos los explicas Laura! Tía que eres la única
intelignte de aquí, te necesitamos.-Dijo Alicia, algo preocupada.-
-
Bueno
venga…- Soltó Laura.- Pero solo me ha convencido lo último que has dicho que
conste Ali. Que estoy enfadada con la torrija de Julia.
-
¡No
te enfades cariñín! Oye, que en el fondo te quiero. –Dijo Julia, con voz
tierna, mirando a Laura.-
-
Bueno
yo también… Pero muy en el fondo..-Nos reímos todas. Siempre estamos así, es
parte de nuestro día a día, pero me gusta.
-
¡Helens!
¿Qué pasó ayer con el asqueroso de Pablo?- Pronunció Alicia muy rápidamente.-
Luego te contamos nuestro regalito…-Soltaron todas menos yo, una risita.
-
Os
cuento en el recreo… Todo. Tía odio a tu hermano.-Dije, con cara de cabreo.
-
¡Hermanastro!-Exclamó
Alicia- No es mi hermano, es un imbecil, que vive en mi casa, porque es el hijo
del novio de mi madre.
-
Pues
eso, hermanastro… Casi hermano, ¡convives con él!-Dije.
-
Ya
tía.. Pero arrg, si te contara… Jajaja.-Respodió.-
De
pronto alguien grito: “¡Chicos, todos a vuestros sitios! Ya son las nueve y
media, ¿no lo ven en el reloj? Pues mirenlo!”
Todas
nos sentamos, interrumpiendo nuestras charlas, y risas antes de clase, y esperamos a que terminaran de entrar todos
en clase. Cuando estaban pasando todos, por la puerta, no pude evitar fijarme en Pablo. Joder, tengo que olvidarme de él. Instintivamente, le empezé a observar, y cuando
se percató de que le estaba mirando, me guiñó un ojo. Me quede un poco flipando. Pero decidí no darle mas vueltas al tema.Poco después, se sentó
en su pupitre, comenzó la clase e intente atender. Se me hizo imposible. Era urgente una clase con Laura y las chicas ya. Al momento, Marta se giró, y me dijo:
-
Tía,
una notita de parte de Pablo. En el recreo nos cuentas todo.- Comentó, en
bajito, mientras se daba la vuelta, y le levantaba el pulgar a Pablo.
Me
moría de vergüenza, de tensión, y de nervios. No me lo podía creer. Y yo que
había pensado en olvidarle ya, pero para siempre… No me quedaba opción, la
miro con cara de duda, y la abro.
sábado, 21 de enero de 2012
Capítulo 3. Lo siento pero tengo que decirt que te quiero.
Mi
primo ya está llorando y berreando. Eso solo puede significar una cosa: Es la
hora de despertarse. Me levanto de la cama, miro el despertador: Jaime se ha
adelantado 7 minutos, bueno, no está mal. Voy al baño, y después me bajo a
desayunar. Puf que hambre. Como todos los días, mi hermana ya está localizada:
Delante de la televisión. Que pesada es con los dibujos animados… Se parece a
mí con su edad, el problema esque ella no vivirá las peleas que tuve yo con mi
madre, por querer ver Barrio Sésamo, pero, por otra parte, las tendrá con mi
tía, que, aunque sean muy diferentes por fuera, mi tía y mi madre han tenido
mucho genio las dos. Valla par de hermanas.
-
¡Helena
feliz cumple! ¿Hoy vas a llevar a clase chuches para tus amigos? Oye... es que
me preguntaba... Si me podías dar unas cuantas-Dijo Claudia, mi hermana
pequeña, con su típica cara de pillina- ¡Es que tengo hambre!
-
¡Acabas
de desayunar Claudia!- Dije. Esta niña es de lo que no hay.
-
Oye
chicas, tranquilas. ¿Qué tal has dormido Helens? Felicidades otra vez cielo,
cuando tu tío salga de la ducha te damos tus regalos. Mientras ¡Claudia ahora
mismo ha vestirte, que te he puesto el uniforme en la cama! ¡Y tú, Helena a
desayunar ahora mismo! Voy a dar el biberón a Jaime.-Chilló mi tía Mar. Sí,
esta es mi tía. Y es fantástica-.
Me
tomo los cereales, me visto, me arreglo, y me lavo los dientes. Hoy, día de mi
cumpleaños yendo al colegio, con unos vaqueros, y camiseta de manga corta
verde. Bajo, cojo la mochila, y me dispongo ha salir cuando oigo:
-
Espera
Helena.¿Te quieres quedar sin regalo o que?-Dijo el tío Kiko.
-
¡Ah!
¡Es verdad! Muchísimas gracias a todos, en serio –Dije mientras cogía un
paquetito pequeño que m entregaba mi
hermana a la que le hacía mucha ilusión darmelo. Les miro. Están todos. Con la
mirada clavada en mi y en aquel misterioso paquete. Los tíos, mi hermana y
Jaime. Y bueno, mis padres. Donde quiera que estén. Mi familia. Lo abro.-
-
Como
te oímos hablando por teléfono con Laura, y dijiste que…-Dijo el tío Kiko, pero
no pudo acabar, porque no le dejé.
-
¡JODER!
NO ME LO PUEDO CREER! ¡GRACIAS EN SERIO GRACIAS! ¡BUA ME ENCANTA!
-
Primero:
¿Cómo que joder? ¡Eso no se dice!- De fondo se oyó un: es verdad, no se dice.
De la boca de la pequeña.- Y segundo: La elegimos esta tarde, y empiezas mañana.
Valla
regalo que me han hecho yo no me esperaba nada, y me vienen con estas. Buf,
cuando se lo cuente a las chicas…Por cierto ¿Qué hora es? ¡Joder y media! He
quedado con Marta para ir al insti y llego tarde. Doy un beso a todos y me
piro.
10
minutos después. Veo a Marta. Me pongo a su lado, y nos encaminamos hacia el
colegio.
- Felicidades Helena! ¡Ya te pusimos un
sms! Tía me tienes que contar una de cosas! ¿Cómo lo has pasado? ¿Qué te puso
al final Pablo?¿Qué te han regalado? ¡Joder joder joder, empieza!
- Pues bien tía bien, como quieres que lo
pase si llevo nueve horas escasas de mi cumpleaños, y la mayoría las he pasado
sobada.- Nos reímos- Y si, me encanto el mensaje, os respondí, al móvil de
Julia. ¡Y me han regalado una moto y clases un día a la semana! ¿Lo de Pablo? Es
gilipoyas tía ni siquiera me ha felicitado. He decidido una cosa… Luego os
cuento a todas.
Capítulo 2. Lo siento pero tengo que decirte que te quiero.
Enseguida
veo quien arma tanto jaleo.
-
¡Felicidades
cariño! –Dijo mi tía Mar- ¡Ya quince añazos!
-
¡Jope,
Helena, tienes un montón de años-Como no, mi hermana Claudia, ya estaba a
nuestro lado-¿Ami cuantos me quedan para tener los mismos que Helena, tía Mar?
-
Pues
ati...-Comentó mi tía- Te quedan, 9 años. ¡Y también 9 segundos para estar en
la cama, que es muy tarde!
Y
mi hermana, entre risas, desapareció de la habitación.
-
¡Helena!
¡Feliz cumpleaños!- Era el tío Kiko, que se acercaba a mi, con una tarta mas
grande que mi cabeza, y con mi primo de dos años de la mano.
-
¡Muchas
gracias tíos! ¿Qué hace Jaime despierto? -Les digo mientras le cojo y le doy
cincuenta mil besos.
-
Pues
que va ha hacer, ¡con los gritos de tu hermana, para no despertarse!-Exclamó mi
tía, medio enfadada, medio rindose- Anda Helena, cuidame al peque, que cuando
acueste a tu hermana vengo a por él, cariño. Felicidades otra vez. Mañana vemos
lo que te hemos comprado ¿vale?
-
Vale
tía Mar, muchas gracias, y no te preocupes que ha este enano le duermo yo en un
minuto. ¿Tío Kilo, de donde habeis sacado una tarta tan grande?- Mi pregunta, debio hacerle mucha gracia a mi
tío, porque soltó una carcajada, como
ninguna.
-
Pues
la verdad… Bueno, la ha hecho tu tía, por lo que es mejor no comersela-Ahí fue
cuando los dos nos empezamos a reir. Me encanta mi tío, es un poco bragazas,
pero me encanta.
-
Bueno
Helenita- Me da un beso en la cabeza- Que muchas felicidades, me voy a la cama.
¿Te encargas de Jaime?
-
Sí
tío, no hay problema, -arrimo la cabeza, y le doy un beso-Hasta mañana.
Me
voy al cuarto de mi primo. Todo decorado al estilo selva. La verdad ha quedado
muy mono, y lo que me hace ilusión, es, que mi tía me llevara a elegirlo con
ella. Pongo al pequeño en la cuna, que mayor está, parec que fue ayer, cuando
estaba en casa de Alicia con las chicas, cuando mi tío me llamo diciendo que iba
a nacer el bebé. Esa noche dormimos mi hermana y yo en casa de Alicia.
Le
pongo el chupete le doy un beso, apago la luz, y cuando me dispongo a salir del
cuarto, oigo:
-
Helena.
Me
quede un poco de piedra. Mi primo nunca habla, solo en casos extremos y este no
lo era, ni mucho menos. Me voy al cuarto de mi hermana como no: Sobada. La doy
otro beso. Creo que ya se ha olvidado del tema. O eso me gustaría.. Me voy a mi
cuarto y me meto en la cama. Pienso en mi familia… Es un caso un poco extraño,
y difícil de comprender. Mi hermana pequeña y yo vivíamos con mis tíos y mi
primo, desde hace cosa de tres años, Cuando mis padres murieron en un accidente
de tráfico. Bueno, en verdad mi madre. Porque mi padre biológico a saber donde
estará… Simplemente, no le conozco, y mi madre no me habló de él nunca, y
cuando le preguntaba, se ponía nerviosa y se enfadaba. Aunque para mí, mi padre
siempre será Frank, el marido de mi madre, también fallecido, es decir mi padre
adoptivo y también padre adoptivo de mi hermana . Es un caso… Complicado. De pronto me viene a
la mente lo que llevo deseando horas y horas. ¡ l movil! ¡Los sms! ¡PABLO!
Capítulo 1. Lo siento, pero tengo que decirte que te quiero.
11:45
PM. ¿Sinceramente? No lo entiendo. No entiendo como narices tiene que pasar el
tiempo tan lentamente. Venga, venga, venga. Las doce joder. No quiero, necesito
que llegue esa hora. Será el momento perfecto para averiguar como me felicitará
pablo. ¿Será con el típico parrafón, que dan ganas de llorar, de lo bonito que
es, o pondrá el típico “felicidades” y cualquier gilipoyez más? No sé, no sé…
Pero eso tiene fácil solución: Esperar a las doce. 11:49 PM. No aguanto más. A
penas quedan diez minutos para mi décimo quinto cumpleaños, y el reloj no
avanza. Al momento se me abre una ventanita de chat. Es Julia. No ahora no,
Julia. La digo que hablamos mañana que la quiero, y apago el ordenador. Sí, eso
es. Julia. Como la quiero. Vale que, a veces se ponga super borde, y sea una
cabezota, y lo único que le importe sean los chicos, pero, junto a ella, Marta,
Laura y Alicia, la vida, nunca es aburrida, siempre tienen preparado algo, que
sea bueno o malo o regular, a demás, siempre me ayudan con Pablo… Joder yo no sé
porque me gusta ese tío, porque la verdad es que, la mayoría de veces, suda de
mí, y luego encima, cuando se aburre, bien que me habla cariñosamente, y me
comenta “Mañana a las doce de la noche, te felicito, guapa” Es… Buff, no sé
pero me encanta… En el fondo… A mí, y a 100 chicas más del instituto… Pero oye,
es lo que hay, y es lo que tiene el amor. Porque esto es amor…Creo. De pronto,
la puerta de mi cuarto se abre. Del móvil empieza a sonar la musiquita que
tengo puesta para cuando me envían un sms. Estaba claro. 00:00 AM. Mi
cumpleaños, acababa de empezar.
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